El consorcio de Grupo México y la española Minorbis (grupo Magtel) resultó hoy adjudicatario en el concurso para la explotación de la mina Aznalcóllar, provincia de Sevilla, Andalucía, sur de España.
La Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo de la Junta de Andalucía informó en un comunicado que Grupo México-Minorbis superó en la votación por 75.9 puntos sobre los 73.6 del consorcio Emerita Resources España (Grupo Forbes & Manhattan).
La votación la ganó la sociedad hispano-mexicana sobre los 100 bloques de investigación, explotación, viabilidad económica y mejoras, que se trataron en el concurso transmitido por internet este viernes.
La propuesta de adjudicación la hizo la Mesa del Concurso, de la que forman parte seis funcionarios (una letrada, un interventor, un técnico de la Consejería de Hacienda, otro de Medio Ambiente y dos del Servicio de Minas) y la directora general de Industria, Energía y Minas, María José Asensio.
La Mesa de Concurso analizó el informe presentado con anterioridad por la Mesa Técnica, constituida por expertos en ámbitos medioambiental, minero y económico-financiero.
Además de analizarse los bloques de investigación, explotación, viabilidad económica y mejoras, Grupo México-Minorbis «se compromete a asumir el pasivo ambiental que hasta ahora estaba bajo la responsabilidad de la propia Junta de Andalucía».
La medida incluye «el mantenimiento y control de las cortas, de la escombrera Este, de la planta depuradora de aguas, de la presa de estériles clausurada y de la balsa de escorrentías».
«La resolución, que permitirá el retorno de los trabajos mineros a este yacimiento clausurado hace 14 años, llega casi un mes antes de que se alcance el límite cronológico inicialmente previsto, y que concluía a mediados del próximo mes de marzo», agregó la consejería andaluza.
El desastre de la mina de Aznalcóllar
Hace 16 años, el yacimiento de Aznalcóllar en la provincia de Sevilla, sufrió uno de los accidentes mineros más contaminantes de la historia de España.
En la madrugada del 25 de abril de 1998 se produjo la rotura de la balsa de la mina, propiedad de la empresa Boliden Apirsa que provocó una gran inundación de lodos tóxicos. El vertido en el río Agrio llegó rápidamente al río Guadiamar que discurre hacia el Parque Nacional de Doñana, con un alto valor ecológico en España por sus numerosas especies animales y vegetales.
En 2001, la empresa Boliden abandonó la explotación minera. Las administraciones le reclamaron entonces a la empresa 90 millones de euros por la limpieza de los lodos, en una demanda judicial que aún continúa abierta según menciona el diario ABC. En 2002 se cerró la vía penal del caso y los 21 técnicos imputados por el derrame fueron absueltos. La Junta de Andalucía (parecido al gobierno del estado) demandó a Boliden para recuperar los 89 millones invertidos en la limpieza de los residuos. En 2004 el Tribunal Supremo condenó a Boliden-Apirsa a pagar 45 millones de euros como indemnización, pero la empresa informó de que no pagaría por obedecer el accidente a un «factor externo».
Como alternativa a la minería, en 2005 la Junta impulsó en Aznalcóllar un parque industrial para la ubicación de empresas privadas especializadas en el medio ambiente, pero en 2013, la institución de gobierno aprobó un decreto que permitió la reapertura de la mina y de la que ahora se beneficia Grupo México.
El historial de Grupo México
La empresa minera mexicana se recupera todavía de la mancha en su expediente tras el fuerte derrame químico -el pasado mes de agosto- en Sonora en los ríos Bacanuchi y Sonora.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acusó como responsable directa a la empresa minera por el derrame de sulfato de cobre, tras una fuga en sus instalaciones. Esto obligará a Grupo México a desembolsar en torno a doscientos millones de pesos para reparar los daños al medioambiente y a la salud de la población.
Según publica el diario Excélsior el titular de la Semarnat, José Guerra Abud afirmó que la magnitud de las afectaciones de este desastre en el río Sonora «se podrían considerar como el peor desastre ambiental en la industria minera del país de los tiempos modernos».
El derrame afectó tanto al arroyo Tinajas en 17.6 kilómetros; al río Bacanuchi, en 64 kilómetros; y al río Sonora en 190 kilómetros. El vertido también alcanzó la presa de El Molinito, con un almacenaje de 15.4 millones de metros cúbicos, el 20% de su capacidad.